miércoles, 12 de enero de 2011

Un gimnasio de miles, sin cientos de pesos


La noticia pareció lógica, esperada, para muchos incluso “se caía de la mata”. La orientación de ahorrar a toda costa llegaba al gimnasio e imponía cerrar sus puertas cada día a las seis de la tarde, justo en el horario de mayor afluencia de público.
Para los trabajadores del Gimnasio de Cultura Física Fidel Linares Rodríguez, vanguardia nacional por 11 años consecutivos, sería un inmenso reto mantener todos los servicios y seguir en la preferencia de los pinareños. Sin embargo, la exigencia de los practicantes y la inteligencia colectiva se impusieron: reducir luminarias en el vetusto local bastó para continuar abriendo hasta las nueve de la noche, de lunes a viernes.  
El joven Juan Francisco Bofill, subdirector del centro, recuerda ese hecho ocurrido en el 2009 como uno de los mayores reconocimientos recibidos por sus 28 trabajadores en los últimos tiempos. Tal aprobación popular es el fruto más importante cosechado por el gimnasio en sus más de 25 años de funcionamiento, pues fue inaugurado el 24 de mayo de 1985.
En la actualidad la instalación cuenta con nueve profesores, incluida la vanguardia nacional María Bofill, y presta servicios de preparación física general, gimnasia musical aerobia de salón y cultura física terapéutica, esta última tanto a personas sanas como a pacientes aquejados de hipertensión, obesidad, diabetes, Mal de Parkinson, enfermedades coronarias y otras.
Algunos residentes cercanos al lugar realizan sus sesiones de preparación antes de ir al trabajo o la escuela, gracias a que la apertura es a las seis de la mañana, salvo los sábados (7 am.) y domingos (8 am.), cuando los horarios se reducen y el cierre de las actividades ocurre a las 6 pm. y 12 pm., respectivamente.
Cada hora del día es sinónimo de un turno de clases, explica Juan Francisco, en los cuales se atienden grupos de hasta 25 personas. Él mismo afirma que entre todos los servicios se reciben por jornada a cerca de mil visitantes, lo que prueba el empleo óptimo de la fuerza laboral y una alta explotación de la aparatura disponible.
En el momento de nuestra visita, funcionaban unos 40 aparatos casi por “capricho del colectivo”, pues la creación y reparación de casi todos es obra de los propios trabajadores, vinculados en su mayoría al movimiento de innovadores de la provincia.    
El impacto del centro en la comunidad es indudablemente notable. Sus aportes a la salud, calidad de vida y belleza física de los afiliados son innegables; y resalta además la extensión directa a la comunidad mediante competencias de fuerza, caminatas de abuelos y presentaciones de tablas de gimnasia musical aerobia, cuyos  resultados en lides zonales y nacionales han sido relevantes.   
Con tales éxitos, este conocido gimnasio hace honores a la gloria deportiva que le da nombre, el entrañable padre de los peloteros Linares Izquierdo, y demuestra que puede conquistarse la preferencia de miles, sin cientos de pesos.

Foto: César A. Rodríguez. 

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