Queda arcilla para el tenis en Pinar del Río

Mientras el tenis de campo cubano hace malabares para sobrevivir —al menos— en el concierto competitivo regional, en Pinar del Río la tradición por el llamado “deporte blanco” parece retoñar a diario, gracias a la voluntad de niños, padres, profesores y directivos.

Recientemente, en una fría mañana, divisamos desde la carretera el intenso accionar de niños en el complejo de canchas tendido a un costado de la Sala Polivalente 19 de Noviembre, en la ciudad capital. La impecable conservación de la instalación y el buen ambiente reinante desataron la tentación por conocer los rumbos actuales de la disciplina en un territorio con historia suficiente raqueta en mano.

El más laureado tenista cubano de todos los tiempos, Juan Antonio Pino, y el incansable profesor Rolando Martínez, comisionado nacional desde hace varios años, son dos frutos genuinos de la prolífica arcilla pinareña, sobre la cual creció también otra figura de renombre llamada Paula Hernández Álvarez, metodóloga provincial de tenis de campo y pelota vasca durante el último año.

Sentados ante el ir y venir de bolas amarillas, Paula despliega su mapa mental para afirmar que en estos momentos practican cerca de 200 niños y jóvenes de toda la región, distribuidos entre los municipios de Pinar (con 10 profesores, cuatro de ellos en la EIDE), Consolación del Sur (3), La Palma (1), Mantua (1) y Minas de Matahambre (1).

Pese a la carencia de calzado, raquetas y pelotas —recursos casi todos garantizados por los padres—, los entrenamientos no se han  interrumpido, y ello sustenta el compromiso de mantener el rango de la provincia en las distintas categorías: “desde 1970, salvo una vez, siempre hemos finalizado del primero al tercer lugar entre escolares. Y nuestros juveniles siempre están del uno al cinco”, precisa Hernández, medallista de bronce en el dobles de los Juegos Centroamericanos y del Caribe (JCC) de Medellín 1978, junto a Iluminada Concepción.

Asimismo, sostienen como máxima aspiración seguir promoviendo atletas al centro nacional de tenis. En estos momentos se preparan en la capital cubana Edgar Hernández, Lumais Díaz, Carlos Omar Hernández e Isaimé Méndez, pero en el futuro pudieran ser más por las potencialidades de los juveniles Carlos Luis Ramos y Azael Cruz, los adolescentes (13-14 años) Adriana Fonte, Claudia Blanco, José Carlos Hernández e Iván Lemus, y la niña Melissa Valdés (12 años), entre otros.

Las restantes satisfacciones de Paula, también integrante del equipo cubano ganador del tenis en los JCC de Santiago de los Caballeros 1986, se deben a la incorporación de atletas retirados a los eventos de veteranos y al entrenamiento de los pequeños; a la presencia del minitenis en varias escuelas de la ciudad capital; al rescate de la práctica en Minas, municipio de histórico aporte a los equipos Cuba; al establecimiento de un sistema interno de competencias; y al interés de muchos porque el tenis vaya adelante pese a las carencias de estos días.  

Foto: César A. Rodríguez