La cienfueguera Melisa Vargas es una adolescente espigada, o más exactamente, una niña grande. Su voz es dulce, clara, y su sinceridad lleva huellas de ingenuidad. Quizás por eso le perdonamos la escasez de palabras en una entrevista que debió parecerle más difícil que un examen de matemáticas. Al fin y al cabo, Melisa tiene solo 13 años de edad y ello aflora en todo momento, salvo cuando agarra un balón de voleibol para rematar o ejecutar un potente servicio con salto.
En ese instante desaparece la niña y la mente de muchos comienza a buscar referentes, antecedentes, similitudes. Y las hallamos, sin más ni más, en las Espectaculares Morenas del Caribe, en nuestras campeonas olímpicas y mundiales de un pasado todavía reciente.
Mucho se ha criticado el sexto lugar de nuestras voleibolistas en la II Copa Panamericana Sub 20, disputada recientemente en el coliseo de la Ciudad Deportiva capitalina. Y razones hay de sobra, por supuesto. Sin embargo, también hubo algunas clarinadas, ciertas promesas que motivan optimismo de cara al futuro. La principal, sin duda, fue Melisa.
Con 1.86 metros de estatura y alcances notables al atacar (3.15 m) y bloquear (3.10 m), esta sureña posee condiciones excepcionales para triunfar en el deporte de la malla alta. Evidencias de ello dejó en la reciente lid continental, ante rivales de mayor edad y fogueo. Liderar el ataque (44,83 %) y figurar segunda en servicio (31 aces) y quinta entre las máximas anotadoras (82 pts.) expresa su estelaridad en potencia.
“Comencé a practicar el voleibol en tercer grado. Me captaron en la escuela primaria y al poco tiempo comenzó a gustarme de verdad. Mis ejemplos a seguir han sido Regla Torres y Mireya Luis”, nos contó a cuentagotas. “Desde el inicio me pusieron de atacadora auxiliar y me ha ido bien, porque me encanta atacar”, agregó.
Sobre la oportunidad de jugar esta Copa Panamericana expresó: “Fue una posibilidad muy buena para desarrollar mi juego y acumular experiencia en eventos internacionales. Inicié un poco presionada, pero con el tiempo la fui perdiendo. Mis compañeras me trataron bien, estuve unida a ellas todo el tiempo”.
Al comentar la derrota que las dejó fuera del campeonato mundial opinó: “Ese juego ante Puerto Rico estuvo mal, falló un poco el pase y faltó esfuerzo en algunas jugadoras. Fue muy triste perder y quedar fuera de la competencia más importante”.
Sobre los sueños fue tajante: “Quiero ser una gran voleibolista”. Y en cuanto a la posibilidad de asistir a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 susurró: “A veces he pensado en eso. Tendría 17 años y podría integrar el equipo Cuba si clasificamos”.
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