Al vencer a Serbia en cinco sets, los alumnos de Orlando Samuels igualaron la mejor actuación histórica del país en estos certámenes
Veinte años después y bajo las órdenes del mismo timonel, el sabio Orlando Samuels, el voleibol masculino cubano ha escrito este sábado otra página gloriosa, al vencer a Serbia y anotarse para la final del XVII Campeonato del Mundo que transcurre en varias ciudades de Italia.
El primer partido semifinal, celebrado en la sala Palalottomatica, de la ciudad de Roma, resultó en extremo cerrado y exitante, al extenderse a cinco sets de intenso batallar, definidos con dígitos de 22-25, 25-17, 31-29, 22-25 y 16-14, tras más de dos horas de brega.
Samuels se vio envuelto en el segundo partido de su carrera con tal envergadura, antes en la edición de Brasil 1990, cuando sus pupilos triunfaron y llegaron a una final frente a la generación de voleibolistas más gloriosa de Italia, que inició ese año un reinado de más de una década, pues también se coronó en las versiones de 1994 y 1998.
Esta vez el experimentado DT cubano contó con figuras más jóvenes y de menor trayectoria internacional, con respecto a las de entonces, pero repletas de ganas por subir al podio en un gran evento, lo cual le ha sido esquivo en las dos Ligas Mundiales anteriores (cuarto lugar).
Su alineación se basó en los centrales Robertlandy Simón y Osmany Camejo, los auxiliares Wilfredo León y Joandy Leal, el opuesto Fernando Hernández, el armador Raidel Hierrezuelo y el líbero Keiber Gutiérrez.
Por primera vez en todo el evento, el par de auxiliares fueron a la par y ello resultó definitorio para un éxito histórico, que significa gran desquite de las derrotas ante los serbios por la medalla de bronce en la pasada Liga Mundial (julio), y durante la segunda ronda de esta lid.
León (23) volvió a superar la veintena de tantos, lo que ha realizado en todos los partidos de envergadura de este certamen, pero Leal se creció para firmar 21 unidades muy necesarias, que sin duda catapultaron al elenco. Otro destacado fue el capitán Simón, quien estampó 17 puntos y se ratificó como la bujía inspiradora de la selección.Un factor muy incidente en la victoria fue la buena actuación de Osmany Camejo, quien por primera vez en la justa consiguió cinco bloqueos y emuló con el capitán Simón (5) y el armador Raidel Hierrezuelo (3).En general nuestro bloqueo funcionó muy bien, pues logró 17 puntos y 20 rebotes que permitieron armar en más ocasiones el complejo dos (contragolpe) del juego.
Otro elemento decisivo fue el recibo, pues Serbia solo logró los tres tantos por directo de Iván Miljkovic, quien por cierto anotó 30 puntos en causa perdida. En realidad nuestros receptores actuaron para un formidable 63,6 por ciento de efectividad, lo cual influyó mucho en el 54,17 % alcanzado por los atacadores.
Para redondear una actuación de leyenda, no solo urge reconocer los siete aces concretados (León 3), sino las 49 acciones defensivas, algo sencillamente increible para un equipo como el cubano, de tradicional dificultad en este sentido.
En cuanto a los errores no forzados, la cifra de 31 siguió siendo un tanto alta, pero en los márgenes de lo aceptable para un elenco que arriesga muchísimo el saque (20).
Los balcánicos, por su parte, dependieron de una escuadra de lujo conformada por Nikola Kovacevic, Bojan Janic, Dragan Stankovic, Nikola Grbic, Ivan Miljkovic, Marko Podrascanin y el líbero Nikola Rosic. Sus inspiradores constantes fueron Miljkovic y Kovacevic (21), que esta vez rindieron en vano.
Al revisar los diferentes renglones de su juego se aprecian digitos inferiores a los de Cuba, salvo en los errores, lo cual expresa la justeza del desenlace.
Por otra parte, debe reconocerse la valía y entrega de ambos elencos, pues si Cuba salió debajo y puso el marcador a su favor (2-1 sets), Serbia fue capaz de empatar el partido y llevarlo al tie break.
Este domingo será el partido por el oro, entre Cuba y el ganador del duelo Brasil-Italia. Serbia irá por el bronce ante el perdedor.
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