La historia del joven habanero Rafael Castillo Álvarez es un homenaje a la vida, a la voluntad humana, a nuestro movimiento deportivo y a una sociedad de inclusión y amplias posibilidades de realización personal. No se erige como reverencia a las medallas, sino al empeño de tantos para que un individuo alcance la felicidad.
Rafael tiene 23 años de edad, pero un error médico le condenó a vivir sin sus extremidades izquierdas desde los dos meses y medio de nacido. Sus días transcurrieron hasta hace muy poco en la localidad de Pedrín Troya, en San Nicolás de Bari, donde —según narra— aprendió a nadar en las lagunas y ríos cercanos a su hogar. En el 2006 asistió a unas pruebas en la Escuela Provincial para Discapacitados, enclavada en su municipio, y fue seleccionado para el equipo que asistiría al campeonato nacional de natación, en Camagüey.
Si acaso nadó un par de veces en piscinas antes de esa lid, en la cual obtuvo los títulos en 50 y 100 metros estilo libre, sin tener siquiera un entrenador especializado, pues el suyo era de pesas.
Así nacía el “Rafa” deportista, así encontraba un proyecto que enriquecería una vida de lógicas privaciones, pese a que siempre la ha asumido “como cualquier persona, alegre y sin complejos”.
De Varadero a Río de Janeiro
La primavera del 2007 fue crucial en su carrera deportiva. En marzo tuvo lugar el certamen nacional en Varadero, y allí se “lució” con tres medallas de oro en estilo libre (50 y 100 m) y pecho (50 m). Los especialistas de la Escuela Marcelo Salado advirtieron sus cualidades, pues avanzaba con rapidez sin poseer buena técnica. Ya en la recta final del curso escolar, era imposible llevarlo al centro, pero el hallazgo abría reales perspectivas de cara a los Juegos Parapanamericanos de Río de Janeiro, cinco meses más tarde.
Entonces, María Isabel Ramón De Mares, al frente del equipo de discapacitados, sugirió que entrenara en la piscina del Cotorro bajo la guía del subcampeón paralímpico Ernesto Garrido. Y así sucedió hasta un mes antes de la lid carioca, en que pasó a la Marcelo.
Lo acontecido en la alberca sudamericana superó todas las expectativas, pues el joven devino el primer monarca de Cuba en el evento, al ganar los 100 espalda, y además se llevó el bronce en los 50 libre. Sin embargo, su entrega fue mayor, pues sin estar preparado compitió en los 50 mariposa y fue descalificado. “Río-2007 ha sido lo mejor de mi vida, nunca pensé viajar a esa ciudad y menos como atleta. Cuando regresé sabía que deseaba dedicarme a este deporte”, afirma.
La Marcelo y otra vida
Rafael llegó en septiembre de ese mismo año a la Escuela Nacional Marcelo Salado, en Miramar. Comenzaba una etapa de mucho trabajo, pues a las duras sesiones de entrenamiento se unieron la obligación de asumir la disciplina del centro y el equipo, más empezar a estudiar.
No fue fácil, en absoluto un camino de rosas, pero con el tiempo él mismo reconoce que “entrar a esta escuela deportiva fue algo bueno, pues me ha hecho una persona más feliz y comunicativa”.
Al agradecer el apoyo de sus técnicos Garrido y María Isabel, no puede omitir que son exigentes, pero se han convertido en sus amigos de cada día. Sobre la familia cuenta que sigue siendo un gran apoyo y que desde el principio le dijeron: “vaya para allá,que eso es lo suyo”.
El 2008 trajo nuevos frutos, aunque no pudo lidiar en los Juegos Paralímpicos de Beijing, por no asistir a los eventos puntuables. Sin embargo, mejoraron su técnica, la capacidad física y, por supuesto, los tiempos, mientras se convertía progresivamente en un deportista más concentrado y con metas concretas.
De vuelta a Brasil
La temporada que acaba le llevó de regreso a Brasil, pues en agosto pasado fue invitado al Mitin Internacional de Río de Janeiro, donde se coronó en los 50 metros libre con crono de 32 segundos y fracción, que constituye el récord de Cuba para la categoría S6.
Allí mismo, entre deportistas de 17 países, llegó segundo en los 100 libre con marca nacional de un minuto y 12 segundos, para redondear una destacada actuación.
Sin embargo, la mirada está en el futuro, en el año 2010 que ya se acerca cargado de objetivos, pues a mejorar sus tiempos en cada prueba e implementar el 200 combinado, se suma la incursión en el campeonato mundial, donde necesita estampar cronos que le abran las puertas de los Juegos Paralímpicos de Londres 2012.
Su ubicación entre los 15 mejores nadadores del mundo, en su categoría, sustenta grandes aspiraciones, pero concretarlas llevará mucho más esfuerzo y, sobre todo, dar entero el corazón.
Rafael tiene 23 años de edad, pero un error médico le condenó a vivir sin sus extremidades izquierdas desde los dos meses y medio de nacido. Sus días transcurrieron hasta hace muy poco en la localidad de Pedrín Troya, en San Nicolás de Bari, donde —según narra— aprendió a nadar en las lagunas y ríos cercanos a su hogar. En el 2006 asistió a unas pruebas en la Escuela Provincial para Discapacitados, enclavada en su municipio, y fue seleccionado para el equipo que asistiría al campeonato nacional de natación, en Camagüey.
Si acaso nadó un par de veces en piscinas antes de esa lid, en la cual obtuvo los títulos en 50 y 100 metros estilo libre, sin tener siquiera un entrenador especializado, pues el suyo era de pesas.
Así nacía el “Rafa” deportista, así encontraba un proyecto que enriquecería una vida de lógicas privaciones, pese a que siempre la ha asumido “como cualquier persona, alegre y sin complejos”.
De Varadero a Río de Janeiro
La primavera del 2007 fue crucial en su carrera deportiva. En marzo tuvo lugar el certamen nacional en Varadero, y allí se “lució” con tres medallas de oro en estilo libre (50 y 100 m) y pecho (50 m). Los especialistas de la Escuela Marcelo Salado advirtieron sus cualidades, pues avanzaba con rapidez sin poseer buena técnica. Ya en la recta final del curso escolar, era imposible llevarlo al centro, pero el hallazgo abría reales perspectivas de cara a los Juegos Parapanamericanos de Río de Janeiro, cinco meses más tarde.
Entonces, María Isabel Ramón De Mares, al frente del equipo de discapacitados, sugirió que entrenara en la piscina del Cotorro bajo la guía del subcampeón paralímpico Ernesto Garrido. Y así sucedió hasta un mes antes de la lid carioca, en que pasó a la Marcelo.
Lo acontecido en la alberca sudamericana superó todas las expectativas, pues el joven devino el primer monarca de Cuba en el evento, al ganar los 100 espalda, y además se llevó el bronce en los 50 libre. Sin embargo, su entrega fue mayor, pues sin estar preparado compitió en los 50 mariposa y fue descalificado. “Río-2007 ha sido lo mejor de mi vida, nunca pensé viajar a esa ciudad y menos como atleta. Cuando regresé sabía que deseaba dedicarme a este deporte”, afirma.
La Marcelo y otra vida
Rafael llegó en septiembre de ese mismo año a la Escuela Nacional Marcelo Salado, en Miramar. Comenzaba una etapa de mucho trabajo, pues a las duras sesiones de entrenamiento se unieron la obligación de asumir la disciplina del centro y el equipo, más empezar a estudiar.
No fue fácil, en absoluto un camino de rosas, pero con el tiempo él mismo reconoce que “entrar a esta escuela deportiva fue algo bueno, pues me ha hecho una persona más feliz y comunicativa”.
Al agradecer el apoyo de sus técnicos Garrido y María Isabel, no puede omitir que son exigentes, pero se han convertido en sus amigos de cada día. Sobre la familia cuenta que sigue siendo un gran apoyo y que desde el principio le dijeron: “vaya para allá,que eso es lo suyo”.
El 2008 trajo nuevos frutos, aunque no pudo lidiar en los Juegos Paralímpicos de Beijing, por no asistir a los eventos puntuables. Sin embargo, mejoraron su técnica, la capacidad física y, por supuesto, los tiempos, mientras se convertía progresivamente en un deportista más concentrado y con metas concretas.
De vuelta a Brasil
La temporada que acaba le llevó de regreso a Brasil, pues en agosto pasado fue invitado al Mitin Internacional de Río de Janeiro, donde se coronó en los 50 metros libre con crono de 32 segundos y fracción, que constituye el récord de Cuba para la categoría S6.
Allí mismo, entre deportistas de 17 países, llegó segundo en los 100 libre con marca nacional de un minuto y 12 segundos, para redondear una destacada actuación.
Sin embargo, la mirada está en el futuro, en el año 2010 que ya se acerca cargado de objetivos, pues a mejorar sus tiempos en cada prueba e implementar el 200 combinado, se suma la incursión en el campeonato mundial, donde necesita estampar cronos que le abran las puertas de los Juegos Paralímpicos de Londres 2012.
Su ubicación entre los 15 mejores nadadores del mundo, en su categoría, sustenta grandes aspiraciones, pero concretarlas llevará mucho más esfuerzo y, sobre todo, dar entero el corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario