El experimentado profesor recordó que su equipo “sufrió una renovación profunda”, pero aseguró que “hemos tratado de organizar un equipo competitivo, aunque no al nivel de los últimos cuatro años, en que llegamos a la final”.
“Ahora los objetivos son otros: jugar cada vez mejor y tratar de ganar algún partido”, planteamiento este último que reconoce la dureza del calendario preliminar, pues los caribeños deberán enfrentarse a serbios, italianos, alemanes, rusos e iraníes por solo dos boletos finalistas.
“Hemos entrenado muy fuerte, pero el roce competitivo ha sido escaso, apenas tres partidos ante Argentina la semana última. Allí probamos estrategias, algunas alternativas. Ahora empieza la competencia y veremos qué sucede”, dijo.
En uno de sus momentos más reflexivos, Samuels confesó que “ahora no es como antes (aludiendo a las posibilidades reales de su selección), pero de todas maneras trataremos de no decepcionar a nuestro público en el coliseo de la Ciudad Deportiva”.
Al referirse a la formación titular, el dirigente señaló que en definitiva empleará a Rolando Cepeda como auxiliar junto a Lázaro Fundora, dejándole a Yordan Bisset la función de opuesto. Los centrales serán Isbel Mesa y Danger Quintana, el pasador Lian Sem (capitán) y el líbero Keibel Gutiérrez.
En la banca contará con el acomodador Leandro Macías, el central David Fiel, el líbero Gustavo Leyva y los puntas Abraham Alfonso y Javier Jiménez.
De acuerdo con lo apreciado en el tope ante los gauchos, la dirección cubana deberá mover constantemente su formación para resolver los problemas que se presenten en recibo, defensa y acomodo.
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