Los muchachos dirigidos por Orlando Samuels trabajaron sobre la cancha por espacio de una hora y media, y luego realizaron 30 minutos de trabajo con pesas en busca de activar los músculos de brazos, piernas y la espalda fundamentalmente.
La sesión sobre el mondoflex incluyó ejercicios de estiramiento, acciones libres con el balón, un leve simulacro del complejo uno (recibo, pase, ataque) entre dúos, y prácticas de ataque y servicio. Estas dos acciones resultan claves dentro del juego y se mostraron algo erráticas durante la serie ante Serbia, pues se fallaron 44 remates y 28 servicios.
A lo largo del entrenamiento, Samuels y Pavel Pimienta estuvieron exigiendo una y otra vez la mayor calidad posible en las ejecuciones, conscientes de que “si aquí no lo hacemos bien, en el juego tampoco”.
Los líberos Keibel Gutiérrez y Gustavo Leyva pusieron énfasis en la recepción y la defensa, sus funciones principales dentro del equipo.
Mientras esto sucedía en la cancha, este redactor recorrió la impecable Sala Ruffini, con capacidad para 5 mil espectadores. Uno de sus funcionarios explicó que las entradas para el partido frente a los cubanos fueron vendidas hace varios días y que se jugará, sin duda, con un lleno completo.
La dirección técnica cubana recordó que en la Liga Mundial del 2008 celebraron un partido en esa misma instalación, en el cual perdieron en cuatro sets. Como nota curiosa cabe apuntar que en este escenario debutó como titular Wilfredo León –marcando 18 puntos-, quien hoy no integra el elenco cubano por decisión propia, lo cual ameritó una fuerte suspensión de cuatro años por parte de la Federación Cubana de Voleibol.
Al término de la sesión preparatoria en la Sala Ruffini, el equipo italiano se disponía a cumplir la suya ante decenas de niños que comenzaron a llegar de las escuelas cercanas. El voleibol despierta gran interés en los chicos de este país, por supuesto después del fútbol.
Los cubanos volverán a entrenar este miércoles en el horario nocturno.
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