domingo, 9 de junio de 2013

Liga Mundial: aún queda magia



Celebrar en medio de la derrota viene a ser como reírse ante un fuerte dolor de cabeza. Se antoja alocado o demasiado conformista. Sin embargo, las historias en su contexto recobran todo el sentido y hasta lo ilógico se entiende claramente.
 
La apertura de la XXIV Liga Mundial, ante el potente equipo de Serbia, no prometía mucho más que un par de fracasos, pues a la forzosa renovación del cuadro cubano —incluida la baja del mejor auxiliar del mundo: Wilfredo León— se unía un largo y difícil período preparatorio, con apenas tres partidos internacionales en 10 meses.   
 
Los balcánicos desembarcaron en La Habana con 12 figuras de alto vuelo y experiencia competitiva notable, tanto en eventos de la FIVB como en las fuertes ligas europeas. Nuestro DT Orlando Samuels, en cambio, inscribió a sus contadas cartas y estrenó la variante de Rolando Cepeda y Lázaro Fundora como auxiliares, Yordan Bisset de opuesto, Lian Sem Estrada en funciones de pasador, Isbel Mesa y Danger Quintana como centrales y Keibel Gutiérrez de líbero.
 
El resultado fueron dos partidos definidos en cuatro sets (17-25, 21-25, 25-21, 20-25 y 24-26, 22-25, 25-18, 21-25), sinónimo de no salir barridos en ninguna jornada, y el regalo de varios instantes mágicos a la numerosa afición asistente al engalanado y bien climatizado coliseo de la Ciudad Deportiva.

El viernes el accionar cubano fue de menos a más, pese a la falta de coordinación en el complejo uno (recepción, pase, ataque) y a descuidos notables en la defensa de campo. Un día después el juego devino más equilibrado y creativo, pero los errores impidieron concretar éxitos parciales como el del primer set, que posiblemente habría cambiado la suerte del pleito.
 
En el orden individual Yordan Bisset saldó positivamente su debut como titular al máximo nivel, pues aportó 30 puntos, atacó para un 43,1 %, bloqueó tres balones y logró dos aces. Sus deudas comprensibles estuvieron en los errores de ataque (14) y saque (8), así como en la falta de definición en momentos cumbres.

Fundora fue nuestro segundo bombardero (26 pts.) y el mejor atacante (46,15 %). Sin embargo, casi no pudo bloquear, tampoco hizo los estragos necesarios con el servicio y recibió para el 39,53 % de efectividad. Cepeda, por su parte, vivió dos jornadas muy distintas. Afortunadamente levantó el sábado para redondear un palmarés de 24 tantos, con ofensiva de 41,3 %, tres bloqueos, ocho defensas y favorable recibo del 48,57 %. Su servicio fue un arma desequilibrante y factor clave en la resistencia antillana.
 
Mesa vivió un fin de semana agradable, con 20 unidades en la pizarra, 12 por remates y ocho mediante el bloqueo. No falló ningún servicio y demostró que va instalándose entre los mejores de su posición en el planeta. Keibel recibió de ensueño (54,3 %), pero le extrañamos más activo en la defensa, con solo seis acciones.           

Quintana y Estrada no lograron estabilizar sus rendimientos y el sábado tuvieron que ser reemplazados por David Fiel y Leandro Macías, quienes se mostraron bien en términos generales. Otorgarles la titularidad o no serán decisiones a tomar por Samuels en los días venideros.
 
Para la serie ante Italia (14 y 16 de junio), el desempeño grupal reclama dígitos superiores en ataque (44 faltas), servicio (28 F) defensa y acomodo, pues los rendimientos en bloqueo y recepción pueden catalogarse de favorables. Conseguir esos progresos es posible porque este elenco posee carácter y conserva esa magia inexplicable del voleibol cubano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario