sábado, 19 de marzo de 2011

Un coliseo “fuera de Liga”

 
La XXII Liga Mundial de Voleibol no se jugará en La Habana este año 2011. El sistema de climatización del emblemático Coliseo de la Ciudad Deportiva está colapsado. En la actualidad se estudia la posible solución 


Autor: Rudens Tembrás Arcia

Luego de veinte años de ininterrumpida presencia en nuestros predios, la XXII edición de la Liga Mundial de Voleibol (LMV), prevista del 27 de mayo al 10 de julio próximo, no visitará La Habana. La noticia se conoció en octubre del pasado año tras la reunión del Consejo de la Liga, celebrada en la sede de la federación internacional de este deporte (FIVB), ubicada en Lausana, Suiza.
Una nota de prensa de ese organismo, publicada en su página digital, confirmaría oficialmente el 10 de diciembre que “Cuba no jugará partidos como local en el 2011, debido a la remodelación prevista en su sala”. La excepcional decisión, sin antecedentes en los anales de la lid, reconocía —sin decirlo— la trayectoria de un país pobre, pequeño, caribeño, capaz de incluirse entre los grandes  animadores de la justa creada en 1990, pues en 20 incursiones (1991-2010) suma una medalla de oro, cinco de plata, dos de bronce, y balance total de 191 victorias y 113 derrotas.
La LMV establece altas exigencias organizativas a las naciones participantes, entre ellas la de contar con una sala debidamente climatizada. En los últimos años, directivos y trabajadores de la Ciudad Deportiva hicieron notables esfuerzos para que funcionara ese sistema, pero en la actualidad está colapsado y urge sustituirlo.
La situación impedirá a nuestra afición disfrutar en vivo de uno de los más importantes eventos internacionales que la Isla acoge cada año. Y además exigirá a nuestros voleibolistas, subcampeones mundiales vigentes, jugar como visitantes los 12 partidos de la fase intercontinental, en 10 ciudades distintas, frente a Italia, Francia y Sudcorea.        
La instalación deportiva de Vía Blanca y Boyeros, única climatizada del país, ostenta el récord de más partidos de Liga acogidos (126), y debe liderar también en número de aficionados reunidos, pues ningún otro elenco con similar cifra de ediciones jugadas, ha cumplido todos sus choques como local en una misma sala. Tales distinciones, más el entusiasmo simpar de la fanaticada cubana, han convertido a esa cancha en referencia mundial, en sitio respetado y preferido por los rivales más connotados, sobre todo si de probar la casta se trata.

La historia...
El Coliseo fue inaugurado el 26 de febrero de 1958, pese a no estar concluido. Entre los objetos de obra pendientes figuraba el aire acondicionado, servicio para el cual se compraron equipos de uso a la compañía estadounidense Carrier. Según afirma el ingeniero eléctrico Eddy Ortega, aquella tecnología jamás echó a andar, pese a los esfuerzos de un técnico de apellido Saguet, y luego del ingeniero Tamayo La Fuente. 
En el año 1974, Ortega recibió la misión de resolver el problema del coliseo, con vistas al Primer Campeonato Mundial de Boxeo Amateur. Comenzó por reunirse con La Fuente para saber qué habían intentado hacer allí, obtuvo algunas explicaciones y se propuso aprovechar lo existente (tuberías, bombas de agua y climatizadoras) adaptándolo a las máquinas que se adquirirían.
“Se compraron tres turbocompresores japoneses marca Hitachi, modelo HS16A, de 360 toneladas cada uno, que sumaban cerca de mil 100 en total. También tres torres de enfriamiento chinas, de plástico, muy modernas para la época. El sistema es un lazo cerrado, con las conductoras para el agua de suministro, retorno y suavizado por un sótano de servicio, desde el cual se sube el líquido a las 24 climatizadoras ubicadas en círculo sobre el último escalón del graderío”, explica Ortega.
“Los trabajos realizados por la empresa UNACO, de Comercio Interior, permitieron tener una temperatura de hasta 22ºc. El sistema era muy empleado para entonces en sitios de este tipo, donde al requerirse cargas estables, el único reto era mover el volumen de aire necesario. Además no existían los conceptos de ahorro (combustible, electricidad, agua) que en la actualidad rigen esta actividad”, añade el experimentado ingeniero.
La instalación recibió mantenimientos anuales, por parte de los técnicos de la Hitachi, hasta la llegada del Período Especial, cuando los convenios suscritos perdieron respaldo financiero. Sin embargo, luego vino un problema peor, asegura Ortega: “las máquinas empleaban el refrigerante Freón 11, incluido como el número uno en afectación a la Capa de Ozono. Al no fabricarse más, los países pobres quedaron muy mal parados, con una tecnología vital por algún tiempo, pero irremediablemente obsoleta. La del coliseo, como muchas, no ofrecía la opción de conversión a una variante ecológica. Si a todo esto le sumas 37 años de explotación, bastante ha durado”.

La situación actual... 
Para la última Liga Mundial se pudo encender uno de los tres  turbocompresores, y ello impidió que la sexteta nacional fuera descalificada ante Alemania y Polonia. Hoy ya no funciona y el sistema, en general, está colapsado, según aseveró Enrique Chang, director de la Administración de la Ciudad Deportiva.
La misma fuente confirmó que en este momento no existe otra alternativa que sustituir las máquinas y, sino todas, buena parte de las conductoras —instaladas hace alrededor de 50 años—,  afectadas por profusos salideros y el deterioro del aislamiento.
Al referirse a las perspectivas de solución, Chang dijo que la dirección del INDER desarrolla un proyecto de estudio, para cuando el país pueda acometer la inversión. Al indagar sobre la dimensión, costo y tiempo de duración estimados de la obra, el directivo apuntó que ello lo dirá el citado diagnóstico. 
Sobre la imposibilidad de recibir la Liga añadió que “si se jugara en invierno no tuviéramos tantos problemas, por el frío que se siente en el coliseo. Pero ocurre en verano y ante concurrencias casi siempre por encima de su capacidad oficial, valorada en 12 mil 500 personas por la empresa GEOCUBA, hace tres años”.         
El mercado...     
El mundo de la climatización ha evolucionado hacia tecnologías muy avanzadas. Hoy predominan los compresores de tornillo y los centrífugos libres de aceite (Turbocord), capaces de lograr velocidades de hasta siete y 20 mil revoluciones por segundos, respectivamente. Utilizan refrigerantes ecológicos y sus costos son elevados, en dependencia de las prestaciones que posean.
Entre los principales competidores internacionales figuran las compañías Carrier, York, Ebara, Hitachi, Clima Venetta, Bluebox y Emicom, en cuyos sitios digitales se concita que máquinas similares a las necesarias para la Ciudad Deportiva, cuestan entre 150 y 250 mil dólares cada una.
En Cuba existe desde 1991 la empresa Frioclima, cuyos equipos han prestado servicio en instalaciones claves del país, así como en los hoteles Cohíba, Habana Libre, Riviera, Presidente, Meliá Habana, Sevilla, varios en Varadero, Cayo Coco y Santa María, entre otros. En total suman miles las toneladas de aire acondicionado industrial producidas en dos décadas.
Jesús Ortega, director técnico de la entidad, considera que la misma podría incursionar en la fabricación de los equipos para el coliseo, luego de analizar detenidamente los requerimientos técnicos que se planteen. Existen los prototipos y la experiencia necesarios. Por esa vía, además, se garantizarían aquí mismos los trabajos de mantenimiento y reparación.              
Uno de los asuntos a valorar es la opción de que las unidades condensen por aire, para evitar el tradicional problema de los sistemas que en Cuba utilizan agua con esos fines: al no tratarla debidamente, ni brindar el mantenimiento requerido a las tuberías, aparecen las incrustaciones en los condensadores.

¿El futuro?
Varios especialistas consultados estiman que para climatizar de nuevo el coliseo podría llegar a necesitarse una cifra superior al millón de CUC. Se trata de un monto considerable, difícil de erogar en las actuales circunstancias económicas del país, de ahí la incógnita sobre cuándo podrán iniciarse las labores de rehabilitación.
En realidad es un tema cargado de interrogantes para la afición. ¿La Liga Mundial 2012 vendrá a La Habana? ¿El Consejo del evento permitiría a nuestro elenco actuar como visitante por dos años seguidos? ¿La tricolor pudiera ser excluida de la magna lid?
Las respuestas a las mismas de seguro motivarán otros acercamientos periodísticos. La aspiración de que nuestro vetusto coliseo vuelva a ser la casa grande del voleibol cubano es compartida. Su historia, definitivamente vinculada a la huella de la Revolución y de nuestros trabajadores, así lo amerita. 

 
“Nos faltará el apoyo de la afición y podríamos enfrentar un arbitraje más adverso. Los cambios horarios no serán tan drásticos, pero viajaremos muchísimo. Hemos conversado con nuestros mejores jugadores y el compromiso es llegar a la final de Polonia”.  

Orlando Samuels
DT selección nacional


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