Los voleibolistas cubanos “bailaron un tango a medias” este fin de semana en el cálido coliseo de la Ciudad Deportiva habanera, pues aunque derrotaron dos veces a Argentina no enseñaron su real esplendor ni pudieron colocarse al frente del grupo D en la XXI Liga Mundial, cuyas acciones irrumpieron en ocho urbes del planeta.
Los triunfos en cuatro (25-23, 25-20, 21-25, 25-18) y cinco parciales (32-34, 25-23, 20-25, 25-17, 15-13) sobre la selección de Javier Weber otorgaron cinco unidades, una menos que las sumadas por Alemania ante el campeón de Europa, Polonia, en la ciudad de Stuttgart.
Los alumnos de Orlando Samuels superaron la presión de un debut precedido por una larga etapa de preparación en casa (siete meses), mínimo fogueo internacional (tres juegos ante Serbia) y la adversidad de no poder entrenar en condiciones de altura. Quizás por ello cometieron 63 errores no forzados, y lograron discretos rendimientos en ataque (50 %), recibo eficiente (41,5 %), defensa (8 por set) y bloqueo (1,7 ps.), este último el más preocupante renglón por ahora, y que devendrá esencial para batir a teutones (11 y 12 de junio) y polacos (18 y 19) en las próximas series.
El servicio fue lo mejor del equipo, con 17 puntos por directo en nueve parciales (1,8 ps), gracias sobre todo a la efectividad del capitán Roberlandy Simón (6) y el debutante Fernando Hernández (3), quien sustituyó al indispuesto Rolando Cepeda y se erigió en la bujía del equipo (32 puntos) junto a Joandri Leal (31).
Wilfredo León no mostró su altísima calidad, pero marcó 27 tantos y resultó el mejor receptor ante los saques gauchos. Simón “se perdió” de la cancha por momentos, en parte por no recibir suficientes balones, mas aportó 28 rayitas y fue vital en el tie break sabatino.
La dirección técnica cubana apostó por una formación titular con los centrales Simón y Osmany Camejo, los auxiliares León y Leal, el opuesto Cepeda, el pasador Raydel Hierrezuelo y el líbero Keiber Gutiérrez. Sin embargo, esta primera serie debe promover a Fernando y quizás al armador Yoandri Díaz, quien movió mejor la ofensiva, sobre todo por el centro de la cancha. Algunos quedamos con deseos de volver a ver al jovencito Isbel Mesa, de buena actuación en el tope ante Serbia y con capacidad para alternar con Camejo.
El siguiente reto será un elenco alemán muy inspirado, y que posee como claros líderes a György Grozer, autor de 42 puntos ante Polonia, y a Robert Kromm (31). Será una serie difícil, no vista desde el 2002, favorable a los nuestros históricamente (9-3), y que puede marcar el rumbo de la clasificación hacia la final de Córdova a fines de julio.
Siete barridas en el brindis
El primer fin de semana de la Liga estuvo marcado por las barridas de Holanda a Korea (3-0, 3-0) y Brasil a Bulgaria (3-1, 3-2) en el grupo A; Italia a Francia (3-0 y 3-2) y Serbia a China (3-0, 3-1) en el B; Cuba a Argentina (3-1, 3-2) y Alemania a Polonia (3-1 y 3-0) en el D; y la de Rusia a EE.UU (3-0, 3-1) en el C, apartado este en el que se produjo la única división de honores, entre Egipto y Finlandia (3-2, 1-3).
Como líderes individuales del certamen se inscribieron Alessandro Fei (ITA, 45 puntos), Sasa Starovic (SRB, ataque, 68.75 %), Simone Buti (ITA, bloqueo, 1,38 ps.), Abdalla Ahmed (EGY, servicio, 0,89 ps.), Pasi Hyvärinen (FIN, defensa con 3,76 ps. y líbero con 7,78 ps.), Valerio Vermiglio (ITA, pase, 9,75 ps.) y Murilo Endres (BRA, recibo, 80,95 %).
Protagonista
“Me sentí muy bien en el debut. Fueron dos partidos fuertes y estoy contento por la confianza que el equipo me depositó. Entrené para ser titular, pero sufrí una lesión en la rodilla y he tenido que superarlo. Soy un jugador pequeño y con poca saltabilidad, así que para burlar el bloqueo trabajo mucho con las manos, hago fintas y buscó los mejores ángulos. Mi servicio es fuerte, pero necesito mejorar el lanzamiento del balón. La fogosidad no afecta el rendimiento si estás concentrado. El equipo no jugó lo necesario antes de la Liga, ahora se está engranando. Haremos lo posible por llegar a la final y ganar una medalla. (Fernando Hernández)
Foto superior: Joaquín Hernández Mena
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