domingo, 24 de enero de 2010

Laffita: "ser el mismo o mejor"


Santiago de Cuba.- En nuestro primer encuentro, el subcampeón olímpico mosca Andry Laffita (PRI) sugirió una “tregua” y prometió dialogar sin reservas si debutaba exitosamente en este 49 Torneo Nacional de Boxeo Playa Girón. Tras un año sin pelear, necesitaba aclimatarse al ring y liberar las tensiones que ha generado un regreso cargado de aspiraciones y compromisos.
Su categórico triunfo como gallo ante el local Geordis Chasse (14-2), el fin de semana, nos colocó ante el testimonio de un experimentado púgil, campeón mundial juvenil en la edición de La Habana 1996.
“En los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 cumplí un gran sueño y sentí que mis esfuerzos no habían sido en vano. Ser finalista fue como tocar el cielo, por eso bajé del ring alegre y triste a la vez, sabía que vencer a Samjit Jongjohor (THA) sería muy difícil. Habíamos dividido anteriormente (1-1), pero él creció mucho desde el 2005. No caí ante un “Don Nadie”, por eso la afición no me tilda de perdedor”, señaló.
“Mi última competencia fue la Copa del Mundo de Moscú, en diciembre del mismo año. Llegué enfermo de la garganta y hacía tremendo frío, tuvieron que inyectarme antibióticos. Perdí el apetito y baje de peso. El ruso Misha Aloyan me sorprendió en la final, dio tremenda demostración y volví a perder. Sin justificarme, les digo que no me tomé a pecho esa lid porque tras Beijing nada era tan grande.
“Me dolió que de ocho compañeros solo dos perdiéramos. Sin embargo, lo más triste fue saber allí mismo que saldría del equipo nacional, pues cumpliría 34 años de edad poco antes de los Juegos de Londres 2012 y no podría asistir. Estaba fuerte, quería aportar más, por fin tenía un lugar a nivel mundial. Me despedí con la ilusión de que la AIBA analizara el caso y me permitiera retornar”, recuerda.
“El permiso llegó en septiembre pasado y me sorprendió gratamente. Debo agradecerle a Pedro Roque –por la confianza- y a mi suegro Selín Cruz, quién cuando me veía triste, mirando las peleas por video, me decía: “entrena que te van a llamar”. Ahora debo responder a esa confianza, porque si volví fue para ser el mismo de antes o mejor.
“Debo bajar a los 51 kg, una división difícil en la que aparecen Yorman Rodríguez (CMG), Yampier Hernández (CHA) y Olandi Regalado (PRI), viejos rivales que han elevado su calidad. De todas formas, hay que ir adelante para lograr los sueños pendientes: ya soy medallista mundial y olímpico, pero me faltan la de los juegos Centrocaribes y Panamericanos. Y no renuncio al título en Londres”, concluyó.

“Mi estilo es sacar provecho en cualquiera de las distancias (corta, media y larga). Busco la más ventajosa según el rival”. Foto: José Raúl Rodríguez Robleda.

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