Bremen.- Aunque el voleibol, como todos los deportes colectivos, se sustenta en una lógica de sistema, el análisis de los rendimientos individuales permite identificar las fortalezas y debilidades en el accionar del conjunto, y realizar los ajustes necesarios en medio de una competencia.
Las cuatro derrotas consecutivas del equipo cubano en la XXIV Liga Mundial obedecen al mal funcionamiento grupal, pero emanan básicamente de dificultades con “nombre y apellidos”, de jugadores que deben dar un vuelco a su rendimiento.
La serie ante los alemanes el venidero fin de semana, en esta ciudad del norte del país, abrirá una nueva oportunidad para esas mejorías individuales que favorecerán, sin duda, la obtención del primer éxito en la exigente lid.
El ataque ha sido tradicionalmente el renglón fundamental del juego cubano, pero esta vez no funciona adecuadamente y sus consecuencias resultan evidentes.
Del cuarteto encargado rematar por las esquinas de la red y en penetración por zona seis, solo Abraham Alfonso llega al 50 % de efectividad (exactamente), cifra a partir de la cual suele considerarse positivo el desempeño. Los restantes actúan por debajo de la media del evento (48,27 %), a decir Yordan Bisset (45,05 %), Rolando Cepeda (43,59) y Lázaro Fundora (43,94).
Lo peor, sin embargo, es la elevada cifra de faltas cometidas por este cuarteto durante los ataques, ascendente a 72 hasta el momento, lo que se traduce en más de cinco por set como promedio.
Los atacantes centrales viven un mejor momento en este sentido, ya que Isbel Mesa (62,8), Danger Quintana (58,3) y David Fiel (56,3) exhiben porcentajes destacados, apenas han incurrido en 12 errores y les defendieron 15 remates solamente, por 136 a sus compañeros.
El bloqueo ha sido otro talón de Aquiles para el equipo, pues solo Isbel muestra un rendimiento adecuado, con 10 paredes en 14 sets jugados, lo que le ubica séptimo entre los mejores del certamen con balance de 0,71 por segmento. El capitalino sobresale también en el número de rebotes con 29.
Sus compañeros, lamentablemente, no han podido acompañarlo en esta tarea. Los más cercanos son Lian Sem Estrada (7), Bisset (5) y Cepeda (5). Entonces el indicador del equipo habla por si solo: 2,57 por set, demasiado bajo para este nivel.
El servicio de los nuestros no ha podido marcar muchos puntos de modo directo (11/ 0,78 por set) ni afectar sobremanera la recepción de los rivales. Ha llamado la atención por sus repetidos errores, nótese que ya suman 47 saques contra la net o más allá de las líneas, sinónimo de regalar casi dos sets. Aquí lo más preocupante es la ejecutoria del potente Bisset, quien ya acumula 15 fallos desde la línea zaguera. Lázaro Fundora (9) y Cepeda (8) también han arriesgado bastante.
El acomodo tampoco logra la estabilidad y calidad demandadas. El capitán Lian Sem Estrada consigue 4,21 pases excelentes por set, mientras que Leandro Macías no supera aún la unidad (0,86). Ello está relacionado, debe aclararse, con los fatídicos dividendos del ataque. La élite en esta posición trabaja por encima de seis acciones excelentes por manga.
Los receptores muestran dos polos totalmente opuestos: el líbero Keibel Gutiérrez (54,54 %) y Cepeda (50,76) cumplen su papel hasta el momento, pero Fundora (43,1) y Abraham (31,25) dejan bastante que desear. Las variantes zagueras empleadas hasta la fecha han permitido un total de 18 tantos por directo, la mayoría de ellos frente al italiano Ivan Zaytsev.
Finalmente, en el acápite de errores no forzados, los nuestros tienen otro reto por delante: rebajar el indicador de 6,86 por set. Lo aceptable en este renglón es no pasar de seis.
De esta manera se escriben, en síntesis, los retos personales de nuestros jugadores. De conseguirse los más importantes la victoria ante los alemanes estará al alcance de la mano.
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