domingo, 29 de noviembre de 2009

Persiste el "abrecaminos"


La halterofilia cubana posee todavía un hombre proa, capaz de romper el hielo y elevar la autoestima del equipo en las lides más difíciles. Es cierto que no llegó al podio olímpico de Beijing, pero también que a los treinta años de edad acaba de ganar las únicas preseas cubanas en el Campeonato Mundial de Pesas de Goyang, en Corea del Sur.
Sergio Álvarez Boulet es ese forzudo singular y corajudo, que con dos medallas de bronce (envión-154 kg y total-274 kg) colocó a Cuba en el lugar 14 de un certamen animado por especialistas de 51 países.
Apenas llegó a su Matanzas natal, este reportero del semanario Trabajadores le abordó por la vía telefónica y obtuvo estas consideraciones, primicias del ahora siete veces medallista mundial (2-1-4).
“Tras los juegos olímpicos y por decisión de los técnicos, pasé de los 56 los 62 kg, división en la que estuve más de un año y en la cual asistí al torneo panamericano de Chicago. Sin embargo, nunca logré elevar el peso corporal ni mejorar las marcas personales. Días antes de viajar a Goyang, el psicólogo hizo un examen de autoestima y me diagnosticó desánimo, pues le hablé de mis pocas opciones de medallas. Enseguida se enteraron los entrenadores y tuvimos un encuentro, en el cual me preguntaron dónde quería competir. Dije que ellos decidían, pero que prefería en los 56. Accedieron sin reproches, solo pidieron que no me presionara.
“Sin embargo, aquel voto de confianza, el hecho de complacerme, creo un gran compromiso. Pensé en la posibilidad de una presea, estaba decidido y con el ánimo por los cielos. La justa fue muy fuerte por la calidad de los chinos Wu y Long, el tunecino Khalil y el indonesio Setiadi, pero como conozco la división trabajé con calma. Esperaba la medalla del envión, y pudo ser mejor, pero el arranque (120 kg) fue pobre y quisimos asegurar con 147, para luego alzar lo que hiciera falta (152 y 154). El éxito del biatlón fue una total sorpresa.
“Mi preparación fue muy irregular, pues mi hijo se enfermó varias veces y dejé de entrenar. También por eso sentía una gran alegría en el podio. Mis compañeros de equipo me felicitaron rápidamente, repitiendo aquello de que “tu siempre abres el camino”.
“¿Sobre el futuro? Pienso en los Juegos Centrocaribes de Mayagüez 2010, donde las pesas pudieran lograr una “completa” de 24 medallas de oro. Hay equipo para eso. Después me gustaría asistir a los Panamericanos de Guadalajara 2011. No pienso todavía en el retiro, aunque solo me mantendré activo y con aspiraciones de llegar a los Juegos Olímpicos de Londres 2012, si estoy en forma y los técnicos me quieren. Hasta hoy soy un atleta optimista y de pocas lesiones”.

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